Thursday, March 27, 2008

Rock & Roll mama!!!!!

Yeeeeaaaaahhhh!!! Charles Edward Anderson Berry en persona!! Con camisa de lentejuelas azules, gorra de capitán y una guitarra eléctrica en bandolera, este viejete de 77 años dió ayer una lección de rock para cagarse en las bragas. Esa sonrida pérfida, esa elegancia, ese espectáculo, ese... joder purito Rock & Roll!! Todo himnos de poesía rebelde para adolescentes. No pude contener las lágrimas en momento "duckwalk" en Johnny B. Goode. Uff, pelos como escarpias!! Ya puedo morir tranquilo...

"Si alguna vez el rock tuviese que cambiar de nombre, se llamaría Chuck Berry"- John Lennon-

Monday, March 24, 2008

Colores

Hay que ver lo deprisa que puede uno ir del verde al rojo sin pasar siquiera por el amarillo, en mi opinión el peor de todos. En fin, después del tragic autum y del espectacular winter, veamos que nos depara la primavera… De momento os dejo con este peazo heroe del rock manual, que me pone muy muy verde, juas juas!!

Saturday, March 15, 2008

Tchen-Ziú

Esta semana casi no he ido a trabajar. Hacía ya un tiempo que tenía molestias en el cuello, hasta que finalmente el lunes, casi de repente, me quedé enganchado. Me fui directamente al hospital y para cuando llegué a urgencias, no podía mover el cuello ni un milímetro y cada vez me dolía más. Las afamadas Eficacia y Rapidez, que indiscutiblemente definen el espíritu de este modélico departamento del hospital, no me defraudaron. Mientras explicaba mis dolencias (más que obvias) en ventanilla:
- “Oiga, por favor, me puede decir si hay mucha cola”
- “Ay, pues cuando te toque, te tocará”
- “Ya, pero es por hacerme una idea de cuanto voy a esperar, por no desesperarme y eso”
- “Tranquilo, enseguida te avisamos. Espera ahí en la sala de espera”

Al cabo de una hora…
- “Perdone, me puede decir cuanta gente hay antes que yo, es que me duele mucho y…”
- “Ya queda menos, tu tranquilo que cuando te toque te avisamos”.
- “Ya, ya, si no pretendo que sea antes, solo quiero saber, más o menos, cuanto me queda”
- “Mira, ahora (21:45 aprox.) estamos cogiendo a la gente de las cinco. Pero tu tranquilo, siéntate que ya te avisamos”
- “…”
Finalmente fui a urgencias médicas de Huerto Sogueros y entré enseguida. Nada grave (mortal). Dos cervicales enganchadas y los músculos del cuello petrificados. Inyecciones de caballo y venga la pastilla (también para caballos) y toda la semana intentando que no se me caiga la baba de la boca (eso en las cuatro o cinco horas diarias en las que consigo estar “despierto”…). Bueno, el tema es que, aparte de las drogas, para relajar el cuello, según la doctora, “nada mejor que la acupuntura”. En mi inmensa ignorancia dudé de la acupuntura como parte de la ciencia médica. No obstante, no tenía nada que perder… o eso pensaba yo (es lo que tiene la ignorancia).

Mi primera sesión con el acupuntor (español y con bigote) me sorprendió bastante. Lo primero, eso si, fue quedarme en pelotas. Si eso hubiera fallado me hubiera entrado el pánico. Todo el mundo sabe que un buen médico te tiene que ver en pelotas (menos los oculistas, que te dan por el culo sin que te desvistas)… Bueno, allí estaba, en pelotas, sentado en una silla china, frente a una mesa china sobre la que había tres folios y un lápiz (obviamente chinos), mientras el del bigote, así como para romper el hielo, me dice:
- “Hola Ezequiel. Dibuja un árbol, una casa y un hombre. Volveré”.
-“…”
Joder, que situación más desconcertante!! No sabía si debía acojonarme o reirme. ¿Pero que tendrá que ver?... ¿es que quería que los dibujara con el lapiz en la boca? ¿Y qué significaba ese “volveré”? Era como si me fuera a poner nota o algo así. Intimidar a un ingeniero desnudo no me parece elegante… Pero en fin, finalmente hice mis dibujos. Soy bastante mal dibujante, pero tuve la precaución de dibujar al hombre vestido, por si acaso.

Cuando volvió el médico, como había predicho, observó por encima mis dibujos y dijo:
- “Bueno, todo normal”
- “Si, bueno, quizás no se ha fijado usted, pero el hombre del dibujo tiene un dolor de cuello bastante importante…le veo un poco rígido…”
El hombre se rió, lo que hizo que yo y mi desnudez nos tranquilizáramos.

A partir de ahí vino la segunda parte: el interrogatorio. Supongo que para cualquier médico, sea cual sea su escuela, el interrogatorio forma una parte muy importante de la técnica de diagnóstico. Lo normal es que te pregunten por lo síntomas, por dolencias anteriores, alergia a medicamentos, etc. Pero esta vez no. Me preguntó sobre mi familia, mi trabajo, mi vida sexual, mi visión de la vida,.. ¿Eso no lo hacen los psicólogos?...Y bueno si, finalmente me preguntó: “¿Y a ti que te duele?”.

La tercera parte fue el examen físico: “Saca la lengua…, abre los ojos,…¿te duele aquí?,…” Más o menos lo habitual, excepto porque dedicó muchísimo tiempo a sentir (que no medir) mi pulso.

La cuarta parte también fue extraña. Me dio un cilindro metálico para que lo sujetara con mi mano izquierda (no, no ese tipo de cilindro…). Ese cilindro estaba conectado mediante un cable a una “pistola de agua”. Entre medio de ambos objetos me pareció que había una pantallita. El hombre me iba tocando con su pistolita (no esa pistolita…) por diferentes puntos de mi cuerpo. Mientras, observaba las lecturas de la pantallita y las apuntaba. No me explicó que estaba haciendo, pero parece ser que medía los flujos de energía de mi cuerpo. Esto si que es nuevo!!

Finalmente, y tras observar más detenidamente mis dibujos (dignos de premio capla), y sus diversas anotaciones del interrogatorio, exámen físico y medición energética, sacó las agujas y empezó a banderillearme por todo mi cuerpo, desde los pies hasta la cabeza (que era lo que a mi más me interesaba).

Después de dos sesiones estaba sorprendentemente mejor, y había recuperado gran parte de la movilidad de mi cuello. Decidí comprarme un libro sobre acupuntura para entender que es lo que me había hecho ese hombre. Todo ese teatro, no solo resultó efectivo, si no que tiene una base científica y filosófica acojonante!!

Básicamente, y por lo que he entendido, la acupuntura tiene como finalidad restablecer el equilibrio energético de nuestro cuerpo, mediante la excitación o sedación de puntos clave, repartidos en meridianos energéticos que actúan como canalizaciones del flujo energético que circula por nuestro cuerpo y que se corresponden con los diversos órganos de nuestro cuerpo. El desequilibrio energético se produce con las enfermedades, que pueden curarse a base de desplazar la energía de nuestro cuerpo de un punto a otro, para así lograr el equilibrio energético nuevamente. La herramienta para hacer esos desplazamientos o trasvases de energía de un punto a otro del cuerpo, son las agujas.

Todo ese extraño sistema de diagnóstico, el complejo mapa de puntos energéticos y técnicas de punción están basadas en la experiencia sin duda, pero tienen un fundamento filosófico muy importante: el Ing y el Iang, los cinco elementos, etc. Quizás parte de esa filosofía de base no sea totalmente cierta, o quizás yo no sea capaz de entenderla, pero varios miles de años de resultados avalan la eficacia de esta técnica, y desde luego, a mi me ha funcionado.

Lástima que el tío se quedara con mis dibujos, la casa era espectacular!!